Consumir mariscos que han sido almacenados y manipulados sin estrés no solo es una cuestión de ética, sino que también impacta directamente en la calidad y el sabor del producto final.
Aunque la idea es reciente, en LA PROA lo sabemos desde hace casi 30 años.
En su día, tras muchísimas pruebas, descubrimos que nuestra tecnología, que emula las condiciones naturales donde viven las especies, permitía que los especímenes tuvieran una etapa de almacenamiento a la espera del consumo final con una evolución muy similar a la de su medio natural: reproducción, alimentación, movimiento..
Nos dimos cuenta que en otros sistemas (acuarios, viveros, peceras, cetareas) diseñados con otros sistemas de filtración, los ejemplares se detenían, se arrinconaban en las esquinas, no se movían, no comian, cambiaban de color.. sin embargo con nuestros sistemas de filtración biológica esto no pasaba.
Con nuestra tecnología el espécimen simplemente no percibía la diferencia.
En los últimos años, ha crecido significativamente la conciencia sobre las condiciones en las que se mantienen y transportan los alimentos, especialmente los productos del mar.
Consumir mariscos que han sido almacenados y manipulados sin estrés no solo es una cuestión de ética, sino que también impacta directamente en la calidad y el sabor del producto final.
¿Por qué es importante el manejo sin estrés?
Cuando los mariscos, como otros animales, experimentan estrés, se activan procesos biológicos que pueden afectar negativamente a su calidad. Y no solo al sabor. El incremento del cortisol, adrenalina y otras sustancias con cierto nivel de toxicidad se transmite a la cadena alimentaria y obvia decir los resultados para el ser humano.
Además, el estrés puede llevar a la degradación de la carne, resultando en una textura menos firme y un sabor alterado. Además, el estrés puede aumentar la tasa de deterioro, reduciendo la frescura del producto cuando llega al consumidor.
Evidencia científica
Estudios como los publicados por el Journal of Science in Aquatic Products y el Institute of Food Technologists han demostrado que los niveles de estrés en los animales acuáticos afectan directamente la calidad del producto. Estos estudios destacan que un manejo cuidadoso y condiciones de vida adecuadas pueden preservar significativamente la integridad y el sabor de los mariscos.
Conclusiones
Optar por productos del mar que han sido manejados con cuidado no solo es un acto de responsabilidad ética, sino también una elección en favor de la calidad alimentaria. Al consumir mariscos que han sido almacenados y tratados sin estrés, estamos eligiendo productos que no solo son superiores en sabor y textura, sino también más saludables y éticos.
Este enfoque no solo beneficia a los consumidores, sino que también fomenta prácticas más sostenibles y humanitarias en la industria alimentaria.
Para leer más sobre este tema y cómo afecta a otros alimentos, visita nuestro blog y sigue explorando cómo tus elecciones de consumo pueden llevar a un futuro más sostenible y ético.